jueves, 28 de febrero de 2013

CAPÍTULO IV: Política profética 2-IV

      - He pensado mucho en lo que me dijiste.- Oyó Damian que aún no había terminado de desperezarse.
      - Recuerdo que un día le pregunté a tu padre por qué tenía intención de construir este refugio.- Oyó Damian ya con los ojos abiertos y buscando con su mirada a quien pronunciaba estas palabras. Tras fijar Damian su vista en la del médico, éste prosiguió.- Él me contestó: "Has de saber, viejo amigo, que el mundo cambia. Los enemigos del país no son los mismos ahora, que antes; mañana nuestros enemigos de hoy serán nuestros amigos. Todo cambiará, lo único que permanecerá inalterable será nuestro sistema económico. Cuando aquellos que soportan un régimen económico dirigido desde el gobierno quieran poseer aquello que ahora no tienen, se levantarán y sus gobernantes adoptarán nuestra filosofía económica. La demanda de combustibles fósiles aumentará y tarde o temprano, los países productores, con sus pozos de petróleo agotados ya no podrán satisfacer aquella. Como consecuencia de ello, el precio del combustible, de la energía, de los abonos, aumentará. El mundo se verá sumido en una gran crisis, que puede desembocar en una guerra por la posesión de las últimas reservas de petróleo. Todo el mundo se sumirá en un caos global, que reducirá al mínimo el valor de la vida humana. Una decisión precipitada hará que se dispare el primer misil nuclear y después de ello desapareceremos. Esto que pretendo hacer garantizará, aunque sea  por un breve periodo de tiempo, la supervivencia de algunos de mis congéneres, que de otro modo, estarían condenados a morir por ser peones sacrificables."

         Yo en un principio, no creí esto, el tiempo pasó y fui testigo de varias crisis que pudieron haber hecho realidad, aquellos funestos presagios. Esto me unió más a tu padre y me dediqué a ayudarle en su proyecto. Durante el tiempo que estuve ayudándole me mostró una faceta de la realidad política que yo no conocía, aunque había sido senador. Solía predecir todo tipo de acontecimientos internacionales, (caídas de gobiernos, asesinatos de líderes políticos, golpes de estado, guerras), antes de que sucedieran. Siempre quise saber por qué sus vaticinios se cumplían pero nunca me dijo nada acerca de ello, pasaron los años, el refugio ya estaba construido y tu padre estaba a punto de morir y en su último lecho me dijo: "Mi vida acaba y creo que la civilización, tal y como la conocemos desaparecerá conmigo. Hay un grupo de personas que quieran que esto ocurra, solo viven para acaparar poder y ya tienen mucho. Con una simple llamada pueden generar una crisis económica, hundir la economía de cualquier país, esclavizar a cualquier estado, pero quieren más. Están obsesionados con controlar nuestras vidas, nuestra manera de pensar, nuestra manera de actuar y quieren gobernar el mundo a su antojo. La transición está cerca, empezará con una gran crisis financiera, los gobiernos adoptarán medidas impopulares que crearán descontento en la población. La indignación hará que en muchos países se elijan a demagogos populistas; éstos, empeorarán la situación de la gente, que poco a poco se verá abocada a perder cada vez más derechos sociales. Cuando la voz de los indignados se convierta en clamor y este se transforme en rebelión violenta, este grupo estará preparado para actuar. La capital de un gran estado desaparecerá, se argüirá que los responsables han sido o los extremistas, o los enemigos del país. Habrá una guerra a la que serán arrastrados todos los países y en el camino este grupo afianzará más su poder. Cuando la guerra acabe, estos individuos no solo controlarán al país más poderoso del mundo, también controlarán la producción de recursos estratégicos, como el petróleo y otras materias primas usadas en la industria y las telecomunicaciones y todos los países del mundo estarán bajo su control. Eso es lo que teóricamente pasará pero puede que la guerra que preceda al nuevo orden se recrudezca y que a consecuencia de la misma se provoque un conflicto nuclear. Por eso te pido, desde mi lecho de muerte, que cuando la primera ciudad se destruya y la guerra se declare lleves al refugio que hemos construido a mis dos hijos y a aquellos que han participado en la elaboración de éste".

            Hice lo que me pidió, pero no os busqué, pero ahora estás tu aquí y la pregunta que me hiciste ayer me hizo recordar las últimas palabras que me dirigió tu padre, ahora quiero buscar a tu hermano, ¿sábes donde puedo encontrarlo?
            - Sí.- Afirmó Damian.
            - ¡Es estupendo! Podré cumplir la promesa que en su lecho de muerte hice a tu padre.- Dijo el médico sin ocultar su entusiasmo.- ¿Dónde está?
            - No, no podrás, mi hermano Adam está muerto.- Respondió Damian en tono fúnebre.
       
            El rostro del médico cambió al oír la respuesta, sus párpados cayeron, de sus ojos brotaron dos lágrimas que resbalaron sobre las arrugas más próximas a ellos. La sonrisa dibujada por el entusiasmo ahora se borraba y esto hacía resaltar los estragos que la edad había provocado en su solaz. De repente su cabeza buscó su perpendicular en el suelo y con pesada languidez abandonó la estancia sin despedirse de Damian y sin alzar la cabeza.

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